Relatos

More than words...
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Al oír esa voz empezar a cantar, sola ... Uff que calor transmite esa voz..... canta bajo el sol, es evidente.
Canta casi sin ganas.... tocan...casi sin ganas.... pero a medida que empieza la música a integrar ritmo, instrumentos, voz, ... sentimiento, los músicos tocando desganados, ponen el alma en sus dedos y en su voz.
El pianista pellizca las teclas... sudorosos sus dedos ... resbalan por ellas.
Se unen todos, ... se unen...hacen música y entonces es cuando dos locos por la música bailan al escucharlos.
Calor.. mucho calor.... Mas que bailar, se apoyan el uno en el otro ... se cuelgan ... descalzos.. sobre la hierba.. al sol ... y se mueven al compás.
Uffff.... calor, mucho calor....sudan.. y ...bailan...
Calor... en sus cuerpos, en sus miradas... con los ojos cerrados sintiendo la música.. volando, desplegando las alas sin pudor, sin trafico ... al sol, sudorosos.... en contacto ... Uffffffffffffff que calor!!!....
Para la voz es difícil entonar cada nota en su justo sitio... elevarla... desafina, ...el calor no lo permite ... y la imagen de esos dos locos,. .. bailando, tampoco ...
Silba la melodía ... en un intento de disipar ciertos pensamientos de su mente.. y poder cantar.. les mira, no puede apartar su mirada .. no puede ...le turba la imagen de esos dos...locos por el blues en esos momentos... Puro blues, lento.. con muchos silencios ... aprovechados para sentir el contacto cuerpo a cuerpo ...

Eso es lo que corre por sus venas, por sus almas, .... y el cantante lo nota ... ni vocaliza bien..
Está ... Uff , tiene calor!
Sus almas se echan a volar... con esos silbidos... mmm, ... no están aquí.
De  nuevo el piano...pocas notas ... las justas, pero contundentes ... para que mas?..... Ese piano y esa voz ... lenta ... cansina, les hace tomar conciencia de que no vuelan ... que solo bailan ...y que son observados. Hacen por separarse...pero no pueden.


 El bajo asume protagonismo por momentos.. aportando pequeñas dosis de pasión al baile.. a la música... pero solo la justa.
Cadencia... final... el piano concluye, y los locos que bailan se separan. Paradójicamente, ... los músicos son los que aplauden.

Jamás podrán olvidar ese baile..... ni el "calor" sentido.


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Constance




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Contra la pared...

   Él me imaginaba contra la pared... Mirandome.
Mientras... Me besaba, acariciaba mí cuerpo y explorando cada
rincon de mi piel... Sentía como su respiración se aceleraba, como su cuerpo
se agitaba trás de mí.
  Yo... Me estremecía y más le deseaba
Bésame... Tócame... Siénteme, ayudame... Le susurraba.
  Soñaba con fundirnos los dos en uno solo, sentirle dentro de mí,
beber su ansia y robarle el alma.
  Cada segundo que pasaba, más le necesitaba.... Como le deseaba... Diosss, !!
Su respiración tan cerca. Sus dedos buscaban mi boca, mis labios, mis ganas.
Perdía la voluntad, no quería caricias robadas, ni besos sin pasión.

 Y me toma, me atrapa y no quiero escapar...
Entre suspiro y gemido me entrego y le pido más, le pido todo, quiero dejarme llevar.
Sus dedos me traviesan el alma, juegan con mi piel...
Prende la llama y aviva el fuego de mi gana... Y quiero más, quiero su entrega, más no habla.
Que me eleve al cielo, que me desee tanto que me haga gritar....  Sí, gritar de placer.

 Quiero más y su silencio me enciende, me envuelve, me enloquece, cedo y...
   Lentamente me lleva por toda la habitación, entre manoseos, apretones y besos.
Besos llenos de lascivia, lujuria...
Sus manos presionan mí espalda contra su cuerpo... Sintiendo contra mí pelvis su sexo.
 Su boca... Ufff... Sus labios, su lengua,  recorre mí boca, mí cuello, su fragancia invade mis sentidos,
hace que me agite,subyuga mis deseos y cedo de nuevo.

  Sibilino, raudo y con un excitante movimiento me acorrala con sus brazos,
me gira y presiona mí pecho contra la pared...
Siento su torso pegado a mí espalda, su aliento como cálida brisa recorre mí cuello, mí nuca...
 Sus manos recorren ya mí espalda desnuda... Bajan a mis caderas,  por mis muslos...
Invade de besos mis hombros y con sus pies entre los mios...
Separa mis piernas.

  Con la palma de la mano me acaricia la parte interior de los muslos,a la vez que la va subiendo hasta mí sexo.
  La humedad se va haciendo más evidente, él lo nota y
ponendo la palma de su mano en contacto con la tíbia suavidad ya palpable de los labios...
Y haciendo un lascivo masaje con uno de sus dedos, hace que me estremezca soltando un leve gemido.
  El cálido aliento golpea mí nuca... Él jadea entrecortadamente susurrandome al oido:

   - Dame tu mano, mira como me tienes...
  Bajándome la mano y haciendo que le acaricie el vientre y en ese descenso sin dejar de sentir
como sus dedos siguen deleitándose con los pliegues y la húmedad de mí sexo...
    Noto como su mano se va acercando lenta y nerviosamente a esa parte tan íntima que hasta hace que me ruborice... A su sexo.
Él presiona sin soltar su mano de encima de la mía... Y en un jadeo mutuo, nos dejamos llevar.

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19 de abril 2011
Constance





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Encadenada a tu deseo

Esta noche… Esa presencia se manifiesta como en mis sueños...
Su presencia... Sí, su presencia que enciende mí alma y manipula mí subconsciente a su antojo nuevamente.
Vaga en la noche entre las sombras… Como en mí alcoba, sentado en esa butaca, acciona ese potro de tortura que es mí imaginación.
  Siempre con mirada descarada, su insolencia me mueve por dentro.
Ata mí voluntad y juega con desdén… Y en ese desaire, su desatención frente a mí, empuja mí deseo hacia un viaje de placer y goce mutuo, y…
… Y de nuevo presa de su silencio, dominada por el ansia de su mirada, cedo.
    Pero mí abandono es incoherente, pues no quiero entregarme gratuitamente, quiero de él toda su entrega. Sin embargo… Esta noche, esa entrega es compartida y  entre una especie de bambalinas espero su atención, esa atención que se hace pesada y no llega.
  Me debato entre celos y deseo, y mí deseo crece para su disfrute, aun así, ese deseo que siento por él, no parece motivarle lo suficiente.
 Y entre decepcionada, airada y furiosa aparto de mí ese cáliz.
El cáliz de su deseo...
Encadenarme a su ansia hace de mí goce un deseo inconexo...
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27 de Octubre 2010
Constance
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